Cuando se trata de instalaciones técnicas, es crucial considerar no solo las especificaciones del sistema, sino también el armario a utilizar. En concreto, se debe prestar especial atención a las instalaciones al aire libre para garantizar que el armario pueda resistir el paso del tiempo y cumpla con las expectativas.
Dado que estos requisitos suelen surgir de la interacción entre el entorno y la instalación, una comunicación eficaz entre el usuario y el fabricante o instalador es fundamental. Deben tenerse en cuenta condiciones especiales de funcionamiento como la exposición a la radiación UV, elementos corrosivos, vapores, salinidad, interferencias electromagnéticas, vibraciones, golpes o incluso terremotos.
En este post, profundizaremos en la elección de materiales de armarios para exteriores, la protección contra la corrosión, los acabados, la carga mecánica y la clase de impacto IK.
Aunque las distintas normativas para instalaciones en exteriores no especifican explícitamente ningún material, sí hacen hincapié en la importancia de elegir un material adecuado para cada aplicación en concreto.
Si las condiciones normales de funcionamiento se ven alteradas, es necesario tenerlo en cuenta. De lo contrario, se tomarán decisiones en base a suposiciones y los resultados pueden ser decepcionantes, ya que solo se pueden tomar decisiones correctas si se conoce qué factores se deben tener en cuenta.
En caso de condiciones especiales de funcionamiento, se debe consultar una lista de escenarios para seleccionar lo que aplica a cada caso. Lo ideal es que esta información esté especificada en el programa de requisitos.
El aluminio es un material muy popular como base para los armarios para exteriores. No solo porque es relativamente ligero y fácil de trabajar, sino también porque ofrece una gran resistencia a la corrosión.
Además, gracias a su conductividad, con las medidas adecuadas puede proteger contra interferencias electromagnéticas en campos de alta frecuencia. Estas propiedades suponen una ventaja significativa frente a alternativas como el plástico o el acero inoxidable en aplicaciones al aire libre.
Pero independientemente de estas características, en la mayoría de casos se les aplica un recubrimiento resistente a los rayos UV para garantizar una protección duradera, ya que la normativa que regula las condiciones de los productos electrotécnicos establece que su funcionamiento debe estar garantizado a largo plazo.
El aluminio posee propiedades inherentes de resistencia a la corrosión, pero aún así puede verse afectado por la llamada “corrosión blanca” en determinadas condiciones ambientales.
En el caso de que aparezca esta corrosión, debe tratarse aunque sea leve y no genere problemas graves. Como a método preventivo, se les puede frotar con un paño ligeramente aceitado.
Por este motivo, los armarios para exteriores suelen venir con un recubrimiento protector aplicado en fábrica. Este recubrimiento debe ser resistente a los rayos UV para evitar el efecto de “empolvado” o degradación superficial y cumplir con los requisitos de resistencia especificados en las normativas pertinentes.
En situaciones de corrosión extrema o exposición excesiva a radiación UV donde se produzcan daños importantes será necesario restaurar completamente la capa de pintura utilizando el producto prescrito por el fabricante.
Daños menores, como arañazos, también pueden repararse fácilmente eliminando la oxidación, limpiando bien la superficie y aplicando la pintura de reparación adecuada.
Cuando se trata de armarios para exteriores, es crucial garantizar el nivel adecuado de protección. Para ello, se debe tener en cuenta el entorno en el que se instalarán para elegir el grado de protección IP adecuado. Por ejemplo, si el armario está expuesto a arena fina y vientos fuertes, los requisitos de sellado serán distintos a los de uno ubicado en una zona residencial.
Las clases de protección IP se determinan mediante ensayos de laboratorio basadas en las normativas correspondientes. Sin embargo, es esencial trasladar con precisión estos estándares a la ubicación específica de la instalación para mantener la protección a largo plazo.
Además de estas clases de protección, es necesario evaluar la resistencia de los armarios frente a impactos externos. Esta resistencia se mide mediante el valor IK, aunque siempre debe considerarse en conjunto con la clase de protección IP correspondiente. Cualquier daño en las juntas provocado por impactos externos afecta directamente al nivel de protección IP:
A la hora de instalar un armario para exteriores, es importante tener en cuenta los efectos de la radiación solar y la acumulación de calor. A lo largo del día, el ángulo de incidencia de los rayos solares varía, provocando diferentes niveles de calentamiento en los distintos puntos del armario.
La radiación solar directa y difusa puede provocar un calentamiento excesivo, especialmente en armarios de pared simple. Sin embargo, una construcción ventilada de pared doble reduce el impacto de la radiación solar al generar un efecto chimenea. Esto significa que entra menos calor en el interior, suponiendo una diferencia de hasta 20 °C en comparación con un armario de pared simple.
Además, el aire estancado entre las dos paredes actúa como aislante, limitando la pérdida de calor y reduciendo la condensación. Estas propiedades no solo influyen en la disipación térmica, sino que también contribuyen al ahorro energético al disminuir la necesidad de sistemas de calefacción adicionales.
Los armarios para exteriores están disponibles tanto en versiones de pared simple como pared doble. Y aunque la elección de los mismos no está directamente relacionada con la clase de protección que hemos visto, un armario de pared doble ofrece grandes ventajas gracias a la separación entre el entorno interno y el externo.
Aun así, existe una opción intermedia, que combina la estructura de un armario de pared simple con un techo de pared doble para lograr beneficios en términos de climatización, ya que en el espacio entre las paredes del techo puede colocarse un ventilador o una rejilla de ventilación con la misma protección IP del armario.
Esta configuración permite disipar el calor dentro del armario, a la vez que añade una capa adicional de aislamiento frente a la radiación solar directa y el calentamiento asociado.
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