En las plantas de alimentación y bebidas hay tres zonas higiénicas diferentes: básica, media y alta; cada una con requisitos específicos en cuanto a limpieza y seguridad. Además, las exigencias en cuanto a materiales como el acero inoxidable y control de temperatura pueden variar considerablemente entre cada una de ellas.
No comprender adecuadamente las necesidades de la aplicación puede provocar fallos en los equipos, condensación instantánea y otros riesgos operativos.
Muchas personas creen que lo ideal es mantener la temperatura interna del armario lo más baja posible. Sin embargo, los sistemas de control funcionan de forma óptima en un rango de entre 32,2 °C y 40 °C. Si la temperatura interna desciende demasiado, se desperdicia energía, se incrementa el riesgo de condensación y se pueden producir fallos en los equipos.
Así como una temperatura interna excesiva puede dañar los componentes electrónicos, una temperatura demasiado baja también puede tener efectos negativos. Si la temperatura interna cae por debajo de la temperatura ambiente, aumenta la probabilidad de que se forme condensación dentro del armario, lo que puede comprometer la seguridad y la fiabilidad de los sistemas.
Para evitar este problema, existen tres soluciones clave:
Una correcta gestión de la temperatura es fundamental para asegurar que los equipos electrónicos y sistemas de control funcionen de forma óptima, lo que repercute directamente en la eficiencia operativa de toda la planta.
Es imprescindible comprender las necesidades térmicas de cada aplicación y mantener una temperatura interna estable y adecuada en el armario eléctrico durante todas las fases de operación. Esto implica refrigerar cuando sea necesario, pero también calentar si la temperatura interna desciende demasiado o durante procesos de limpieza que puedan generar cambios térmicos bruscos.
Para evitar el sobrecalentamiento de los componentes electrónicos y sistemas de control, lo primero es comprender cuál es la temperatura interna óptima. Para garantizar un funcionamiento fiable y prevenir la condensación, se recomienda mantener la temperatura interna del armario entre 29,4 °C y 35 °C.
El segundo paso es analizar la temperatura ambiente media en la planta, identificando si existen fluctuaciones o si se mantiene relativamente constante. Esta información es clave para calcular las necesidades reales de refrigeración.
Una vez definidos los requisitos térmicos internos y la temperatura ambiente, el siguiente paso es calcular las necesidades de refrigeración. Para ello, Rittal ofrece el software RiTherm, que permite realizar cálculos precisos y personalizados.
En las zonas de higiénicas básicas y medias, normalmente bastará con ajustes mínimos. Sin embargo, en la zona higiénica alta, puede ser necesario modificar la temperatura durante los procesos de lavado, ya que estos pueden generar variaciones térmicas significativas.
Durante los procedimientos de lavado en la zona higiénica alta, es habitual el uso de agua y productos químicos a temperaturas extremadamente elevadas, que pueden superar los 76,6 °C, impactando sobre la superficie externa de los armarios, que pueden tener una temperatura interna de aproximadamente 32,2 °C. Esta diferencia térmica extrema puede provocar una condensación instantánea, lo que representa un riesgo para los componentes electrónicos.
Para evitar la condensación, es fundamental igualar la temperatura interna del armario con la temperatura del agua utilizada en el lavado. Para ello, se debería:
Así, se podría ajustar la diferencia térmica y minimizar el riesgo de condensación en el interior del armario.
Una comprensión precisa de las necesidades térmicas, tanto de calefacción como de refrigeración, permitirá mantener la eficiencia operativa de la planta y seleccionar las soluciones más adecuadas para cada zona higiénica.
Hay dos tipos de sistemas de refrigeración que ofrecen diferentes grados de protección, de circuito cerrado y circuito abierto. Su aplicación dependerá del entorno y del nivel de protección que se necesite.
Un sistema de circuito cerrado impide que el aire ambiente y las partículas externas entren en el interior del armario. El aire interno y el aire externo permanecen completamente separados, lo que lo convierte en la solución ideal para proteger al máximo los componentes electrónicos frente al polvo y la humedad.
Con este tipo de sistema, los sensores integrados permiten que la unidad de refrigeración se autoajuste según las necesidades de refrigeración. El sistema se detiene una vez alcanzada la temperatura deseada y se reactiva cuando la temperatura interna vuelve a subir, lo que lo convierte en una opción más eficiente energéticamente en comparación con los sistemas de circuito abierto.
Los sensores utilizados en sistemas de circuito abierto suelen ser menos precisos que los de los sistemas de circuito cerrado. Están diseñados principalmente para activar o desactivar el sistema de refrigeración, pero no para regular de forma continua la temperatura interna del armario.
En un sistema de circuito abierto, el aire ambiente y el aire interno circulan libremente mediante ventiladores o sistemas de extracción, que introducen aire más frío del exterior y expulsan el aire caliente del interior. Por tanto, la capacidad de refrigeración depende directamente de la diferencia entre la temperatura ambiente y la temperatura interna.
Este tipo de sistema, al mover aire, puede arrastrar polvo y partículas del entorno. Aunque se pueden instalar filtros para reducir la entrada de contaminantes, no se elimina completamente el riesgo. En entornos limpios esto no representa un problema grave, pero en áreas con presencia de partículas en suspensión, puede producirse acumulación de suciedad dentro del armario, lo que puede derivar en fallos de los equipos.
Conocer las condiciones ambientales de tu instalación y seleccionar el sistema de refrigeración más adecuado para cada aplicación es esencial para evitar fallos en los equipos y minimizar paradas no planificadas.
Por lo tanto, es importante destacar que en entornos exigentes, los sistemas de circuito cerrado ofrecen una protección superior frente a polvo, humedad y variaciones térmicas.
Otro aspecto clave para proteger los componentes electrónicos es asegurarse de que se utiliza el material correcto en función del entorno y la aplicación. El acero inoxidable es una excelente opción para la mayoría de las instalaciones en la industria alimentaria y de bebidas, siendo los tipos más comunes el T316 y el T304.
Una vez definidos los parámetros básicos como el control de temperatura, el sistema de refrigeración y el tipo de acero, es posible personalizar la solución según las necesidades específicas de la instalación.
Aunque la función principal de un armario eléctrico es proteger los componentes internos, también puede actuar como estación de control, instalando elementos operativos en la puerta frontal. En estos casos, es necesario modificar el diseño del armario para integrar los controles y pulsadores deseados, manteniendo siempre el nivel de protección requerido por la aplicación.
Los productos estándar de Rittal se pueden adquirir tal cual y añadir las modificaciones necesarias como orificios y ranuras para los pulsadores y dispositivos de control que deban ser accesibles desde fuera del armario. Se pueden incluir ciertos diseños como las cubiertas para cajas de tornillos o diseños grandes. Nuestra gama Hygienic Design (HD), diseñada para aplicaciones de alimentación y bebida, dispone de todo: desde cajas pequeñas y cajas para pulsadores hasta armarios independientes.
Por otro lado, con la configuración personalizada puedes diseñar el sistema de armarios que se adapte a tus necesidades y al espacio disponible. Rittal cuenta con una herramienta de configuración en línea para que puedas personalizar el sistema de armarios según tus especificaciones, determinando la clasificación estándar que necesitas, la altura, la anchura, el tipo de aplicación y accesorios. Después, obtendrás documentos con toda la información y especificaciones técnicas, las hojas de producto, e incluso podrás realizar el pedido desde el configurador a través de nuestra tienda online: MyRittal.
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